María y David nos han llevado en la furgoneta, sino imposible meter en el coche las dos cajas de bicis y las cuatro mochilas. Poco a poco empiezan a llegar más participantes: de Mallorca (Joan y Michel), de Burgos (Javi), de Barcelona (Xavi, Marc, Jordi, Merichel, Josep y -), de Portugal (Luis), del País Vasco (tenemos la primera sorpresa agradable del viaje ya que aparece Francis Navarro con otros cinco amigos), de Valencia (Rubén, Ramiro, Pablo, Yolanda y Manuel), de Madrid (Rafa el Ogro y Andoni)...

En la misma ventana del hotel Asmaa hay chavales ofreciéndonos costo. Es sólo un presagio de las mil ofertas que nos hacen más tarde cuando bajamos a Chefchaouen. Eso sí, sólo a los chicos, las chicas no existimos.
Es una pena que hayamos llegado tras la puesta del sol, no apreciamos bien los blancos brillantes de las paredes encaladas combinados con los añiles y violetas tan típicos de este pueblo. Pero la vidilla que hay a esta hora es increíble. Infinidad de tiendecillas con las puertas abiertas y la mercancía expuesta en la calle: chilabas, babuchas, artesanías, alfombras, montañas de rosas del desierto, varias tiendas con fósiles de trilobites y amonites de todos los tamaños ... Parece que hemos retrocedido en el tiempo: barberías de las antiguas donde afeitan a navaja, iluminación de las callejuelas muy tenue ...
Cenamos con Fernanda, Joan y Michel en un reservado árabe con puerta a la callejuela, tajín y cuscus. Para terminar, té verde con pastelitos árabes, y el camarero nos apaga la luz para dejarnos a la luz de las velas. Mientras cenamos nos ofrecen hachís a través de la puerta, les decimos que no fumamos y nos dicen "¡Qué paisa, que nadie fuma!". Les explicamos que venimos a montar en bici y nos intentan convencer "¡más pedales, más rápido!". La verdad es que casi merecía que le comprásemos por lo que nos reímos.
Para subir al hotel atravesamos un cementerio. Las tumbas bien podrían ser abrevaderos de ganado: sobrias, semiabandonadas y sin ningún recuerdo floral. Está claro que el culto a los muertos que hay en España no existe aquí. Dormimos en cama por última vez antes del raid.

Día 3 de Octubre
A las 6:30 estamos ya desayunando y con todo preparado para salir.. Nos espera una paliza de viaje en autobús hasta Midelt.
Paramos en un pueblo a tomar algo y al bajar del bus nos esperan varios críos con equipos limpiabotas y cartones de tabaco. Vaya desilusión se llevan los pobres al vernos bajar a todos con zapatillas deportivas y casi ningún fumador.
Después de Azrou paramos en el bosque de cedros donde nos dan la primera comida de la organización: pan, embutido, atún con mahonesa, aceitunas, pimientos, vino, melón... Vemos los monos del Atlas, son muchos y bastante confiados.

Llegamos al camping hacia las 16, montamos las tiendas y, por fin, desempaquetamos las bicis ¡están sanas y salvas!. Las preparamos, nos duchamos y nos tomamos unas cervecitas en el bar del camping.. Tras la cena, compuesta de pisto, salchichas y patatas hervidas, nos dan las indicaciones para la etapa del día siguiente, por fin,la primera etapa del raid.
Nos tomamos unos whiskitos (sería una costumbre que adquiríamos cada noche) y mientras algunos se quedan jugando al mus nosotros nos retiramos a nuestros aposentos ¡nos morimos de ganas de coger la bici!
Recuento de viajeros:
58 participantes como ciclistas en el raid, de los que sólo 6 somos chicas
5 acompañantes, todas chicas
13 personas de la organización: Antonio (médico), Susana (enfermera), Lupe (cocinera), Jesús (motorista), Faustino (director), Juan Carlos (guía), Hammed (guía marroquí), Aníbal (mecánico), y Paco, Roberto, Fidel, Amador y Nacho, encargados de la intendencia en general.

Día 4 de Octubre
Primera etapa del raid. Tras la primera etapa una mala posición del sillín me ha provocado un dolor lumbar que Juan Carlos me quita con un masaje que me recoloca todos los huesos; es un guía muy polivalente. Acampamos junto a una acequia con chorro abundante de agua clara, bien fresca, eso sí. Varios miembros de una familia que vive cerca permanecen sentados en un alto hasta el anochecer, observando todos nuestros quehaceres. Reunidos en la tienda comunal después de una rica cena compuesta de sopa juliana y pasta con nueces estilo Lupe que nos supo a gloria, la que suscribe manifiesta su intención de no escribir hoy el diario, por lo que dictarán lo acontecido en la etapa de hoy los aquí presentes.
Toni dixit:

Mi querido diario.com: Después de dormir, digamos que no muy bien, la gente está con muchas ganas de arrancar con esas locas máquinas y huir del camping de Midelt para adentrarse por los caminos que nos conducirán hacia Tounfite, no sin antes caer en la trampa, que ya nos avisaron en varias ocasiones, en el pueblo de Tizinzou. Digamos que la trampa hablaba de unos pequeños monstruos llamados niños que, medio descalzos y al grito de "misiu" (mesieu) o "bombón" (caramelo) o "stiló" (bolígrafo), y con las indicaciones de arriba por abajo o derecha por izquierda consiguieron que cayéramos algunos, sabiéndolo de antemano, en la trampa del despiste y acabáramos en la mitad de su pueblo. Menos mal que la moto de la organización nos indicaba la dirección correcta.
Quizás me sorprende que habiendo pasado por estos caminos esos críos siguen impresionándome con sus caras, entre sorprendidas y emocionadas, como si para nosotros a su edad estuviéramos viendo a los Reyes Magos. El regalo de esta etapa ha sido la subida que va del pueblo al campamento, unos 11'5 Km, que era el inicio de la 2ª etapa de otro año. Ah!, por fin me he decidido a hacer un pipí. Ya sé que es un acto cotidiano y sin importancia, pero esta vez ha sido como mano de santo, pues la acción me ha relajado lo suficiente para llegar al final de esta etapa. Estoy con todos estos contando poco para que pregunten mucho y de esa forma alargar la tertulia hasta que la presión de los 2000 m. a que hemos llegado nos lleve a soñar una etapa con más sorpresas.
A la amiga Fernanda le costó decidirse para apearse de la montura y hacer aguas menores; escogió el mejor momento, puesto que sólo fue vista por un motorista fortuito, dos grupos de nuestros compañeros, un camión repleto de lugareños, un jeep de la organización y, cómo no, dos aviones del ejército del aire que en vuelo rasante fotografiaban cenitalmente los puntos calientes del recorrido aéreo. Como podéis leer cuesta creerlo, pero: que se lo pregunten a Fernanda ¿terminó con la badana húmeda?. Es coña, pero que se lo pregunten. Cabe decir que la lluvia dio pequeña muestra de lo inoportuna que es cuando menos la necesitas: el momento mágico de montar las tiendas de campaña. Mañana más, y como quiera que fuese, seguro que tendremos alguna anécdota que contar. .
Bona nit.

Día 5 de Octubre
Segunda etapa del raid.
Hoy hemos iniciado a las 9:30 la segunda etapa del raid. Los primeros 19'5 Km por "carretera", con sus correspondientes socavones, derrumbes, etc. Cada dos por tres nos cruzamos con un camión antediluviano cargado hasta los topes de leña, hombres y mujeres, e incluso alguna que otra cabra, es día de mercado.
Abandonamos la carretera y comienza la subida, tendida pero larga, por el cauce de un río bastante ancho pero con muy poca agua. La mayor parte de la subida ha sido por este cauce, pedregoso y por suerte poco caudaloso en esta época. Luego bajada larga y cómoda atravesando unos bosques de cedros con ejemplares impresionantes, de troncos inmensos y formas retorcidas. Como guinda para finalizar la etapa una subidita fuerte hasta llegar al refugio forestal donde acampamos.

En el recorrido de hoy hemos encontrado barro para aburrir, de todos los tipos y densidades, que ha hecho que nuestras bicis sonasen como carracas y que llevásemos fango hasta en los 'webs'. A destacar el baño bajo el chorro de la fuente, que ha tenido que ser por parejas, según me cuentan, para ayudarse a jarrear el agua. Por lo visto se lo han pasado muy bien (los chicos). Desde las 15:00 que hemos acabado la etapa hasta las 20:30 que cenamos nos da tiempo de asearnos, limpiar las bicis, observar un rebaño de arruis o muflones del Atlas en la ladera de enfrente y hacer una hoguera junto a la que Hammed responde a nuestras preguntas sobre los bereberes que habitan estas tierras, como que los hombres pueden casarse hasta con cuatro mujeres (siempre que puedan mantenerlas), o que las mujeres llevan tatuada una marca tribal en la cara: un cedro en la barbilla las bereberes de la montaña y una 'v' invertida representando una jaima las bereberes del desierto.
"Es interesante observar cómo cohabitan en la religión berebere, según señala el guía, una "diosa" naturaleza ancestral con la "nueva" religión musulmana, sin que ésta última elimine sus tradiciones originarias" (Viçenc dixit).
En esta zona la isla Perejil les importa un pimiento, les preocupan más cosas más elementales como conseguir asistencia médica, escuela para los niños, agua corriente o electricidad. Nos ha impactado mucho durante la ruta la gente que se nos ha acercado para enseñarnos sus heridas, llagas, etc. y pedirnos atención sanitaria. Saben que nos acompaña un médico. La cena ha sido de lujo: sopa de fideos y pollo al curry con arroz.
Acordaros de los pequeños monstruos. Pues bien, hoy también estaban junto al trayecto Incluso hemos pensado que eran los mismos de ayer, como muy movidos, pero hoy como más profesionales: poniendo pequeñas emboscadas con ramas espinosas para tener que desviarnos y pasar por los charcos de barro, y tener ellos más diversión, aprovechando la ocasión para realizar pequeños saqueos a todo el personal en conflicto. Casi nos atreveríamos a decir que hemos llegado a pasar de un sentimiento solidario a una especie de indiferencia, aunque somos conscientes de que lo hacen porque es lo único que pueden hacer, y no dejamos de ser una atracción multicolor por doquier donde pasamos. En esta etapa hemos pasado de la nada a las laderas de cedros viajando junto a nosotros el río sinuoso y confundiendo el camino con el cauce. Ha aparecido uno de los últimos soldados de la guardia mora con su carabina, su capa blanca y sus babuchas Nike; tiene encomendada la tarea de guardar y cuidar el parque natural donde la casa forestal es su cuartel.
Esperamos mañana tener la ocasión de probar el licor de cedro que nos ha prometido Hammed.

Día 6 de Octubre
Tercera etapa del raid. Hemos amanecido, todos, muy vivos ... Comenzaba la crono. Aunque algunos ardían en deseos de encontrarse con la competición, la verdad es que han llegado fundidos. El objetivo era gozar del espectáculo del puerto (Tizi Terguiste 2800 m.).
El descenso, espectacular en sus vistas, y la velocidad nos han permitido cruzar pequeños poblados repletos de niños deseosos de atrapar algún regalo de estos hombres a caballo de las máquinas de hierro.

Hemos entendido la confusión sobre el Atlas: en algún momento todos habíamos pensado que era donde empezaba el desierto y esperábamos montones de arena; sin embargo nada más lejos que la pura realidad: caminos de piedra y roca que tiran hacia arriba y las laderas dibujando en el valle rectángulos perfectos de tonos verdosos cargados de verduras y de todo aquello que se crece por estos lares. Menos rollo, a lo nuestro, que tenemos que llegar al lago Tisli, no sin antes tener que sufrir un poquito más y, cómo no, hacia arriba y con el viento de cara. Por fin la primera vista del lago: un azul turquesa que contrastaba con los matices marrones del entorno. El hotel que se divisaba al otro lado del lago nos esperaba con una buena ducha de agua caliente, sobre todo a partir del tercero, porque los dos primeros no se dieron cuenta del tema del agua. 17 dirhams (1'7 euros) por una ducha y una bebida.
Atardecemos sanos y salvos todos menos uno (José María) que ha tenido la mala suerte de tener un par de tropiezos y apearse del Trans-Atlas. Qué bonito ha sido descubrir que entre todos un "tiet" (tío de Marc) ha celebrado su 40 aniversario. Sus amigos, que tanto le quieren, le han hecho llegar su camiseta del SUPER-40, socio nº 008. Y con esto y un estrojado nos vamos a la cama a destajo. Hemos acampado a orillas del lago Tisli, a 2345 m de altitud. Una hora antes de la cena ya estábamos todos sentados y muertos de hambre. Menos mal que todos hemos ido sacando lo que traíamos: que si un fuet, que si unos frutos secos ... Menú de la cena: sopa y espagueti con atún.

Día 7 de Octubre
Cuarta etapa del raid. Hoy es la jornada de descanso, 8 Km del lago Tisli al lago Isli, cronometrados para quien así lo desee, y luego cada uno hace lo que quiere. Nosotros nos hemos ido a Imilchil.
Esta noche también la pasaremos aquí, acampados a orillas del lago Tisli, en el corazón del Atlas.

Tras dar una vuelta por el pueblo y aprender a regatear en una pequeña tienda de regalos, donde caen turbantes bereberes, collares con la cruz tuareg, cajas que son también brazaletes, etc. nos hemos ido a comer unos huevos fritos con patatas fritas y un tajín.
La vuelta hasta el campamento es cuesta arriba pero muy tendida.
Quién lo iba a decir, terminamos de cenar y aparece la lluvia para incordiar un poquito. Viento lateral y parece que no cesa; sensación de frío de verdad. Pero no quita que pasemos revista al día y anotemos aquellas pequeñas historias que hacen de tu lectura algo más llevable y comprensible. Cada vez que paramos por la ruta y encontramos algo parecido a una tienda o bar, el alud de la Trans acaba con todas las existencias; al menos para alguien es agosto en octubre.
Todos hemos comprobado, al ir a comprar cualquier regalo, qué fácil es regatear, no sin entender en ocasiones qué fácil es comprar mal.
El lago sigue siendo la alternativa al hotel del otro lado, el lodo y el agua fresca mantiene limpios los cuerpos tocados por el polvo y la arena de la zona.
PD: Juan Carlos nos cuenta cada dos por tres. Nos preguntamos cómo es posible que todavía no sepa cuántos somos.

Día 8 de Octubre
Quinta etapa del raid. La noche ha sido lluviosa. Pensábamos que en cualquier momento nos despertaríamos con el saco empapado, pero por suerte hemos podido dormir del tirón.
Hoy nos hemos levantado una hora antes pues la etapa era la más dura: 82 Km con un tramo de subida de 25 Km.
En el recorrido nos vamos encontrando con distintos pobladores de estas montañas, pastores con distintos rebaños de cabras u ovejas, burros cargados hasta arriba con leña, troncos para construir, plantas de maíz, etc. Aquí las montañas están pobladas, son el medio de subsistencia de mucha gente.
Paralelamente al desarrollo de la etapa ciclista, todos los participantes vamos repartiendo lo que tenemos: Toni C. lleva pequeños juguetes en los bolsillos y los va regalando aquí y allá, las barritas energéticas del picnic acaban casi todos los días en manos de los niños, nosotros hemos comprado caramelos y damos a los niños que están solos o en pequeños grupos, el Portu no tiene esta precaución: lleva los bolsillos llenos de caramelos y galletas y los reparte cuando hay grupos grandes de niños, por lo que cada dos por tres acaba tapado por un montón de críos que se le tiran encima.

Los acompañantes en los 4x4 se detienen a visitar algunas familias y les entregan regalos y juguetes que han traído. Estas familias necesitan de todo, y agradecidas les invitan a tomar un té. Hemos comprobado la dureza de esta etapa, si bien hasta Agoudal ha sido tranquila a pesar del viento. Un pequeño almuerzo (bocata y coca-cola) y a correr que vienen los 25 Km del Tizi Ouano (2935 m). Los que aspiraban a más han salido unos minutos más tarde y los que no aspirábamos a nada hemos partido, pues eso, antes. El viento de cara, golpes de arena y unas ganas enormes de salir del pueblo para aquellas pequeñas micciones que todo buen ciclista desea hacer después de comer, mientras el Portu y, a su rebufo, Karina y Jordi se iban sin darse cuenta de que no les seguía nadie. Bien, la cosa tiraba hacia arriba y a medida que cogíamos altura el paisaje era más árido, frío, lluvioso, granizo, sol, algún dromedario que en caravana se dejaba fotografiar a cambio de algún dirham (no todos). No paraba, y la cuesta en ciertos momentos no dejaba la inclinación, y el tiempo seguía tal como lo hemos descrito antes. ¡Mira! Parece el final allá arriba ... Sí, era el final del principio, o en este caso el principio del final, porque faltaban dos bajaditas más y el punto final arriba en la cima. Un jeep de la organización que parecía una estrella blanca en el cielo gris de la cima nos indicaba el final de la subida.
La bajada es larga, con vistas impresionantes sobre los cortados, y un sendero de mulas muy divertido como alternativa para los que quieren una bajada más trialera.
Acampamos a la entrada de un cañón, junto a un río poco caudaloso, único lugar donde asearse un poco. Cena compuesta por sopa y tortellini con nata.

Día 9 de Octubre
Sexta y última etapa del raid. Último día que recogemos las tiendas y último desayuno de campaña.
Hoy la etapa es casi toda cuesta abajo, excepto dos cortos puertos. La hemos hecho con facilidad, parando para hacer fotos casi en cada curva, alargando la etapa final como no queriendo acabar este raid, disfrutando de un paisaje montañoso y de unos cortados impresionantes hasta llegar a Bouleman de Dadés.

Casi al final un charco inoportuno y una furgoneta parada en plena curva han hecho que Manolo se resbalara y cayese a bastante velocidad; por suerte sólo ha sido un susto de última hora. Llegados al punto final, embalamos nuestras máquinas que ya no veremos hasta el destino.
Cena de fin de fiesta con comida a tutiplén (sopa, tajín y cuscus, todo buenísimo) y entrega de diplomas para todos y de premios a los competidores ganadores: Joan, Josep y Javi.
Antes de la cena hemos recorrido las tiendas cercanas al hotel. En alguna de ellas hemos tenido que esperar para entrar, ya que el vendedor estaba en el suelo rezando y hemos dejado que terminase para no interrumpirle. Aquí hemos hecho nuestros pinitos regateando. Nada tiene precio fijo, todo depende de lo perseverante que se sea, siempre que se disponga de suficiente tiempo. Mañana será el examen final en Marrakech.
A la hora de la cena la organización, y a la cabeza Faustino y Juan Carlos, nos han obsequiado con un pequeño presente y, a medida que íbamos a buscarlo, nombre a nombre, dejaban oir a los comensales alguna florecita o piropo para que fuera más agradable y divertido.
Estamos terminado este pequeño diario del raid y con un té y el ruido de los timbales que nuestros compañeros están tocando vamos a despedir el día para dejar paso a esta noche de cama y ducha de agua caliente.
Los jefes hoy dormirán encima de un tarugo, y así otros después de fumar el cigarrillo de la risa nos vienen a buscar, pero queda claro que necesitan descansar aunque sea durmiendo. Bona nit.
PD: el sapo ha reventado y no sabe si morirse en el rincón.

Día 10 de Octubre
Hoy hemos tenido autobús por un tubo. Hemos parado y hecho algunas compras rápidas en Ouarzazate, ciudad que llaman "la puerta del desierto", y la verdad es que hace calor aquí.
Siempre en el bus subimos el Tizi Titchka (2260 m.) para después hacer un vertiginoso y espectacular descenso y una parada necesaria para comer, y para no variar, tajín y brochetas. La tira para esperar y 10 minutos para engullir.
Por fin llegamos a Marrakech sobre las 15 h, tenemos a flor de piel los nervios para la prueba final y nos vamos en seguida al centro, a la plaza de Jemaa el Fna y a su lado la zona de los zocos: interminable sucesión de callejuelas laberínticas abarrotadas de pequeños talleres artesanales y de tiendas con todo tipo de mercancía: montañas de especias de todos los colores, frutos secos de todo tipo, puestos de pastelitos dulces que empalagan pero no puedes parar de comerlos, artesanías de madera y de cuero, lámparas, babuchas, chilabas ... No cabe duda de que Marruecos es "el país de los olores, los colores y los sabores". Tras regateos varios hacemos algunas compras.

Los vendedores nos hacen una demostración de conocimiento de nuestro país, con frases como "¡Hasta luego, Lucas!" o "Pasa aquí, más barato que en Carrefour!" o "¡Macarena!".
A la salida del zoco, en la plaza de Jemaa el Fnaa se han instalado un sinfín de chiringuitos de comida y refrescante naranjada recién exprimida, de caracoles hervidos, de huevos duros, de fritos variados y más. Cenamos en uno de esos puestos donde nos ponen unos 20 platitos con distintas raciones para los seis que somos.
Nos atiende una camarera marroquí (Aisha) con la que hacemos buenas migas. No paramos de reirnos, borrachos de felicidad, porque de alcohol ni una gota, no hay forma de conseguir ni una cerveza.
Antes de retirarnos subimos a la terraza de una cafetería a tomar un té disfrutando de la vista sobre la plaza por la noche, con las luces de los chiringuitos tapadas por el humo de las freidoras y el sonido permanente de los tambores de los bailarines que danzan aquí y allá. Echamos unas fotos y unas risas y paseamos de vuelta al hotel.

Día 11 de Octubre
Nos levantamos a las 6:30, desayunamos y al bus. Nada destacable hasta llegar a Asilah, pueblo de pescadores, morada de españoles folclóricos, escapada atlántica más europeizada. Una cena en Casa Pepe hasta hartarnos de pescado y marisco.

Por fin hemos encontrado una tiendecita escondida donde nos venden unas cervezas, que nos saben a gloria. Toni M. organiza un jolgorio improvisado con los niños que pasan junto a nosotros y, con la excusa de regalarles una gorras, los pone a jugar al pañuelo.
Algunos valientes prueban incluso las barberías de la ciudad: Francis se afeita la barba pero le gana Paco "Riquiriqui", que se ha afeitado la barba y la cabeza a navaja.
En el hotel Al Khaima pasaremos la última noche en Marruecos. Paseamos de vuelta al hotel y nos metemos en la discoteque: parece una plaza de toros con una barra de streaper en el centro. Estamos aquí casi todos, y muy animados. Mucho movimiento en la pista, música en castellano en nuestro honor, y luego una orquesta comienza con la música árabe.

Día 12 de Octubre
Para no perder la costumbre nos levantamos a las 6:30. Subimos al bus para ir hasta Tánger a coger el ferry.

Sorpresa: se ha adelantado la salida del barco y último tramo cronometrado desde la aduana hasta el ferry, y cargados como mulos del desierto.
Llevamos ya diez días de viaje, pueden parecer pocos, pero a Angel le ha dado tiempo de perder (y luego encontrar) la cámara de fotos, el GPS, el teléfono, el frontal, un guante ...
Estamos viendo cómo se termina el viaje, apuntando direcciones que ahora necesitamos y que muchas de ellas, en algunas semanas pasarán al archivo del olvido, no por otra cosa que a amigos y compañeros, para poder estar con ellos, hay que dedicarles tiempo, justamente el que no tenemos.
Aquí acaba el relato de los días vividos en el raid TransAtlas 2002. Como dice un dicho italiano "se non é vero e ben trovato" (si no es cierto está bien inventado)